SITUACIÓN CRÍTICA DE LA GANADERÍA DE LECHE

9/12/2021
Gabino Santos Briz

La fuerte subida de los costes de las explotaciones de leche, que ya estaban en una situación límite, las lleva a protestar y exigir una subida del precio que se les paga por cada litro.

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En abril de 2015 dejaron de existir en la Unión Europea las cuotas lácteas, que establecían el máximo de producción que podía tener cada explotación y cada uno de los Estados. Introducidas treinta años antes, España aceptó en las negociaciones de incorporación a la Unión que se le asignara una cuota de 6,5 millones de toneladas anuales, cuando la capacidad de producción y el consumo rondaban en nuestro país los 9 millones. Fue uno de los sectores "castigados" para compensar las buenas condiciones de las que se beneficiaban otros. La consecuencia fue que muchos ganaderos españoles tuvieron que abandonar la producción por no contar con cuota o ser muy reducida. Además, las grandes ganaderías tuvieron que comprar cuota a las pequeñas para poder mantener o incrementar su producción, acentuando con ello el abandono de las pequeñas explotaciones.

Todo eso estaba ya superado en 2015. Aquel año sólo quedaban en Cantabria, según los datos del Instituto Cántabro de Estadística, 1.514 explotaciones que entregaron a la industria 437,4 millones de kilos de leche, muy lejos de las 3.811 explotaciones y los 487,2 millones de 2001. Sin embargo, la situación cinco años después es aún peor y en 2020 las explotaciones se han reducido otro 26,6%, quedando únicamente 1.111 ganaderías de leche en Cantabria que entregaron 427,8 millones de kilos.

Ha contribuido también a esta reducción del número de explotaciones la falta de relevo generacional. La ganadería de leche es un sector muy sacrificado, que no permite días libres ya que las vacas deben ser ordeñadas todos los días y dos veces al día. Si a ello se añaden unas condiciones económicas poco gratificantes, se entiende que los jóvenes huyan del sector. Y es que, como estamos oyendo estos días, los precios de la leche les son marcados por la industria que la compra, subiendo muy poco a poco. Así, en aquel 2015 el precio medio ponderado que cobró un ganadero de Cantabria por cada litro de leche fue de 30,5 céntimos mientras que en 2021 (hasta octubre) ese precio ha sido 33,7 céntimos, lo que supone una subida media anual del 0,5%.

Es determinante de esta evolución del precio de un modo importante el hecho de que los grandes hipermercados utilicen la leche como "gancho" para atraer clientes, fijando un precio muy bajo, que, al final, repercute en toda la cadena de producción. Aunque desde la aprobación en febrero de este año de un real decreto que establece que cada operador de la cadena alimentaria «deberá pagar al operador inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste efectivo de producción de tal producto en que efectivamente haya incurrido o asumido dicho operador», lo cierto es que no se están consiguiendo los objetivos deseados.

Si los ingresos suben muy lentamente, los costes no han dejado de hacerlo. Un estudio a nivel nacional aprobado por el Observatorio de la Cadena Alimentaria el 2 de julio último, referente a las campañas de 2018, 2019 y 2020, fija el coste de producción del litro entre los 32,9 y los 38,4 céntimos (promedio: 35,6). En esos costes se incluyen los que genera la alimentación, cría y manejo del ganado y los de ordeño, enfriamiento y conservación de la leche. Según dicho estudio, el precio obtenido por el ganadero servía únicamente para cubrir costes como vemos en el cuadro:

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Esta situación de equilibrio se ha visto rota con la fuerte subida de los costes del sector en el último año. El principal componente de dichos costes, que supone más de la mitad, son los de alimentación del ganado, y los piensos han subido, entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021, un 18,68% en el caso del "pienso completo" y un 13,05% en el de "ración completa", siendo las subidas mucho mayores si vemos el precio de la cebada o del maíz, según los datos oficiales. Si a ello se añaden las fuertes subidas de la electricidad, los combustibles y del resto de costes, se explica que los ganaderos, que hasta ahora han subsistido gracias a las subvenciones de diverso tipo recibidas y a ingresos complementarios como los de la venta de terneros, levanten la voz.