El lenguaje del Boletín Oficial de Cantabria
22/3/2025. G. Santos
Pese a las indicaciones de la Real Academia Española de la Lengua, en el Boletín Oficial de Cantabria se emplea el lenguaje "de género".
El pasado 19 de marzo el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) publicó una resolución de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte «por la que se reconoce la condición de personas deportistas, entrenadores o entrenadoras, técnicas o técnicos, árbitras o árbitros y jueces o juezas de Alto Rendimiento de Cantabria en convocatoria ordinaria de 2025». Es uno de los últimos y más llamativos ejemplos del lenguaje políticamente correcto.

Es curioso que sea la Consejería de Cultura la que viola las normas establecidas por la Real Academia Española de la Lengua, que ha insistido reiteradamente en que «este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos», como se puede ver, por ejemplo, aquí.
La RAE habla, como vemos, desde el punto de vista lingüístico. Sin embargo, hoy, desde muchos ámbitos, se tiende a utilizar el lenguaje para visibilizar el llamado "género sociocultural", pero incluso entre quienes defienden este uso leemos: «El desdoblamiento consiste en utilizar la versión femenina y masculina de la misma palabra. Como estrategia puede utilizarse cuando se quiere hacer visibles tanto a mujeres como a hombres. No obstante, se recomienda no abusar de él, porque puede dificultar la lectura, crear incoherencias o restar precisión al texto, como en el caso de los textos jurídicos» (Naciones Unidas. Lenguaje inclusivo en cuanto al género).
Lo que hoy comentamos me parece, claramente, uno de esos abusos y llama la atención que se cometan en Cantabria, donde gobierna el Partido Popular, y en documentos oficiales.
Menos mal que hoy en día el BOC apenas se imprime, dado su carácter digital, ya que, con normas como la que mostramos, el consumo de papel y de tinta se incrementaría absurdamente, en detrimento de los árboles y de un uso racional de los recursos.