LA VACUNACIÓN CONTRA EL COVID

13/12/2021
Gabino Santos Briz

El Ministerio de Sanidad ha actualizado los datos sobre la distribución entre vacunados y no vacunados de los nuevos casos y situaciones del Covid. Actualizamos nuestro estudio, ajustando también la proporción de población vacunada para equipararla, en lo posible, a la definición de "persona vacunada" que emplea el Ministerio en sus otros datos.

Tabla

Afortunadamente, el Ministerio de Sanidad ha comenzado a incluir una vez a la semana en uno de sus informes diarios el dato que diferencia los nuevos casos, los hospitalizados, ingresados en UCI y fallecidos según si estaban o no vacunados. El último, en el que nos basamos, es su "Actualización nº 519" de la situación del Covid en España, publicada el pasado 9 de diciembre, que dedica sus páginas 11, 12 y 13 a informar sobre el estado de vacunación de los casos nuevos notificados en las ocho semanas anteriores al 28 de noviembre. La conclusión que saca el Ministerio es que «la incidencia en personas completamente vacunadas es muy inferior a la observada en no vacunadas. La mayor diferencia se observa en personas de 60 a 80 años, con un riesgo de infección en vacunados 6 veces menor, de hospitalización 15 veces menor y de fallecimiento 14 veces menor respecto a no vacunados. En el grupo de 30 a 59 años, la incidencia total es 2 veces inferior y 8 veces inferior para hospitalización». Se basan estas conclusiones en la tabla adjunta.

En ella vemos cómo, efectivamente, mientras de cada 100.000 vacunados de entre 60 y 79 años se contagiaron cada semana de ese periodo 43,04, de cada 100.000 no vacunados fueron 272,37, mostrando el mayor riesgo que, no solo en ese grupo de edad sino en todos y en todas las categorías, tienen los no vacunados.

Hay que precisar que en esos datos se considera a una persona «completamente vacunada 7 días después de recibir una segunda dosis» de la vacuna de Pfizer, 14 días después de la segunda de Astra Zeneca o Moderna, si entre la primera y segunda dosis ha habido el periodo mínimo de días fijado para cada una; y 14 días después de la única de Janssen. Además, los datos de contagios y nivel de gravedad se refieren sólo a mayores de 12 años.

La otra tabla que incluye el Ministerio resume los datos globales de esas ocho semanas:

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Como vemos, figuran el número de casos de vacunados con pauta completa y de no vacunados (la diferencia con el total corresponde a los vacunados que no habían completado la pauta) y la tasa de cada uno de ellos calculada «tomando como numerador el total de casos de cada nivel de gravedad en cada categoría de vacunación notificados esa semana a la RENAVE y, como denominador, el número medio de personas en similares categorías a lo largo del periodo, según el Registro de vacunación y la población del INE a enero de 2020». Esta tasa confirma la mayor incidencia en no vacunados ya que nos indica que, por término medio en cada semana de las ocho a que se refieren los datos, se contagiaron 42,16 de cada 100.000 vacunados frente a 94,57 de cada 100.000 no vacunados.

Sin embargo, prescindiendo de las tasas, los datos pueden leerse de otra manera, como vemos a continuación.

Se trata de calcular el porcentaje de casos en cada categoría y compararlo con el de vacunación. Si las vacunas inmunizaran, el porcentaje de vacunados debería ser el 0% en cada categoría. Ahora bien, estas vacunas, como ya se ha advertido, no inmunizan sino que su efecto se nota en que reducen la contagiosidad y la gravedad. En cualquier caso, cuanto más próximo a cero el porcentaje que suponen los vacunados respecto al total de casos, mayor es la eficacia de las vacunas mientras que cuanto más se acerquen al valor de referencia menor es.

El valor de referencia que tomamos es el porcentaje de población vacunada con pauta completa. Sin embargo, no disponemos de este dato con la precisión exigida por la definición de persona vacunada antes citada por lo que, como dato más aproximado, hemos cogido el del porcentaje de vacunación de la población diana (con lo cual excluimos a los menores de 12 años) de una semana antes de la fecha de que se trate. Hemos optado por este criterio por ser con las vacunas de Pfizer con las que está vacunada la mayoría de la población. Dado que este porcentaje va variando día a día y son datos semanales, hemos cogido los datos del jueves de cada semana como promedio para hacer la comparativa. Los datos que nos salen son los del cuadro.

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Vemos que en estas ocho semanas el promedio de población diana vacunada con pauta completa era el 88,24%. Suponiendo que las vacunas no tuvieran ningún efecto, cabría esperar que el 88,24% de los casos correspondieran a vacunados. Sin embargo, los datos reales dicen que los contagiados vacunados han sido el 76,47%. Por tanto, la vacunación ha contribuido a que la incidencia en los vacunados sea de 11,77% menos de lo que correspondería, diferencia notable pero bastante menor de lo que cabría esperar.

Llama la atención, además, que en los datos semanales cada semana va aumentando el porcentaje que suponen los vacunados sobre el total de nuevos casos a una velocidad superior a la del avance de la población vacunada, salvo en la última semana en la que lo que sube son los que están vacunados pero sin pauta completa. Una explicación de esa tendencia podría ser la anunciada pérdida de efectividad de las vacunas por el paso del tiempo que obliga a reforzarlas con nuevas dosis.

¿Estos datos nacionales se corresponden con los de Cantabria? Desgraciadamente, no contamos en los datos regionales con ese desglose entre vacunados y no vacunados de los nuevos casos. Sí que sabemos, no obstante, el dato facilitado el 23 de noviembre por el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, en la comparecencia diaria, de que el 72% de los nuevos casos de Cantabria correspondían a vacunados. Por esas fechas, alrededor del 82% de la población de Cantabria estaba vacunada con la dosis completa (el 91% exluyendo a los menores de 12 años), por lo que la repercusión de las vacunas en este sentido sería algo más positiva en Cantabria que en el conjunto de España.

Por tanto, en resumen, cabe decir que las vacunas, en cuanto a su funcionamiento como medio de evitar contagios, aunque los reduce, no lo hace, ni con mucho, en la medida que cabría esperar, quedando muy lejos los casos en vacunados del 0% ideal. Queda por ver, sin embargo, si reduce los casos graves. A ello vamos.

Partimos de los datos nacionales de la primera de las tablas reproducida arriba, como dijimos incluida en la citada "Actualización nº 519" del 9 de diciembre. En ella están detallados por grupos de edad y en función de si estaban o no vacunados los casos registrados de hospitalización, ingreso en UCI y fallecimiento referidos a las comentadas ocho semanas anteriores al 28 de noviembre. Para nuestros efectos, organizamos de otra manera los mismos datos, sin las tasas y sin los totales, que ya hemos visto en la otra tabla, y nos queda esta otra tabla:

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Como vemos, el 67,91% de los que acabaron hospitalizados en esas ocho semanas estaban vacunados con la dosis completa, un porcentaje bastante menor que el 88,24% de la población vacunada como promedio en ese periodo al que se refieren los datos. Los vacunados acaban hospitalizados algo más de un 20% menos de lo que les correspondería sin vacuna o si ésta no fuera eficiente. Este porcentaje sube hasta más del 35% en el caso de ingresos en la unidad de cuidados intensivos (el 52,74% de los ingresados estaban totalmente vacunados), aspecto en el que más se nota positivamente el efecto de las vacunas. En cambio, en el caso de los fallecidos, de los cuales el 78,35% estaban vacunados, la repercusión es bastante menor pues el porcentaje es inferior en menos de diez puntos a si no estuvieran vacunados.

Si del plano nacional bajamos al regional de Cantabria, contamos con las declaraciones del citado director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, del 18 de noviembre, en el sentido de que "la tasa de no vacunados de pacientes hospitalizados dobla la de los hospitalizados con pauta completa" (25 ingresos de personas vacunadas por cada 100.000 habitantes frente a 59 de los que no han recibido ninguna dosis). De nuevo, pues, son las tasas las que, como a nivel nacional, se emplean para determinar la peor situación de los no vacunados.

No disponemos de datos regionales para poder comprobar lo mismo que hemos hecho a nivel nacional. Sí que tenemos, sin embargo, otra fuente para ver los casos más graves en Cantabria, los que acaban en fallecimiento. Desde hace unos meses en las comparecencias diarias se suele indicar si el fallecido estaba o no vacunado. En total, desde el 16 de agosto (fecha que tomamos de referencia porque de los seis fallecidos en la primera quincena de agosto, de ninguno se dio el dato) hasta el 12 de diciembre, han fallecido en Cantabria por el Covid 34 personas. De ellas, según los datos dados cada día por el Servicio Cántabro de Salud y reflejados en la prensa, 21 estaban vacunadas; 7 sin vacunar y de otras seis no se informó de su situación. Por tanto, el 75% de los fallecidos en Cantabria en estos tres meses y medio estaba vacunado, porcentaje inferior en más de 15 puntos al que representaban los vacunados en el total de la población diana de Cantabria que andaba por el entorno del 90%. Por tanto, en Cantabria la incidencia de la vacuna en una disminución del número de fallecidos es mayor que a nivel nacional.

En resumen, vemos que los efectos positivos de la vacuna se aprecian tanto en el número de contagiados como en los distintos niveles de gravedad. Sin embargo, tanto en el número de contagios, como en el de hospitalizados, ingresados en UCI y fallecidos, el porcentaje que representan los vacunados sobre el total está muy lejos del cero por ciento ideal, acercándose bastante, respecto a lo que cabría esperar, al valor que tendría de no estar vacunados. Únicamente en el caso de los ingresos en UCI se nota algo más la influencia de las vacunas.


Fuente principal: Actualización nº 519 (pdf, Ministerio de Sanidad)