Por qué soy Adorador Nocturno

 

¿Cómo y por qué adorar?

Hay que adorar día y noche

El Salmista decía que es bueno "proclamar por la mañana la misericordia (del Señor) y por la noche su fidelidad" (Salmo 91, 3), es decir, celebrar día y noche la misericordia y la fidelidad de Dios. De Ana la profetisa dice San Lucas que "no se apartaba del Templo sirviendo a Dios noche y día" (Lc 2, 37). Noche y día oraba insistentemente San Pablo (1 Tes 3, 10). Y día y noche adoran a Dios los que están en el cielo (Apoc 7, 15). Daniel invitaba a las noches y a los días a alabar a Dios (Dan 3, 71).

Día y noche merece el Señor ser adorado, y la Iglesia se siente obligada a dar culto día y noche, recabando para ello la participación de sus fieles. El Espíritu Santo que anima a la Iglesia ha suscitado en ella Institutos Religiosos Eucarísticos: Religiosos del Santísimo Sacramento (pp. Sa-cramentinos), Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, Misioneras Eucarísticas de Nazaret, etc.; y ha inspirado la creación de múltiples Asociaciones seglares que garantizan la perpetuidad de la Adoración: Cuarenta Horas, Cofradía del Santísimo Sacramento, Indignos Esclavos del Santísimo, Adoración Nocturna, Jueves Eucarísticos, Unión Eucarística Reparadora (con la Obra de las Tres Marías y los Discípulos de San Juan), Adoración Real, Perpetua y Universal, etc.

Dios quiere que adoremos juntos

Jesús dijo un día: "Donde estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt 18, 20).

Aunque cada uno puede y debe adorar al Señor particularmente, la Adoración en común es de manera especial grata al Maestro, que nos enseñó en el Padrenuestro a formular nuestras oraciones en plural, y al Magisterio Eclesiástico que lo recomienda asiduamente.

Dice el Ritual del Culto Eucarístico: "También se ha de conservar aquella forma de adoración, muy digna de alabanza, en que los miembros de la comunidad se van turnando de uno en uno o de dos en dos, porque también de esta forma, según las normas del Instituto aprobado por la Iglesia, ellos adoran y ruegan a Cristo el Señor en el Sacramento en nombre de toda la comunidad y de la Iglesia» (n. 90, 2.°).

Y el Cardenal Suquía subraya: "Llevamos en la entraña de nuestra propia vida el espíritu comunitario que es la esencia misma de la Iglesia: juntos rezamos, juntos cantamos, juntos damos gracias, juntos lloramos nuestros pecados y nuestras miserias, y juntos nuestros corazones piden a Dios las gracias necesarias para la salvación de los hombres" (en el Centenario de la Adoración Nocturna, año 1977).

Afortunadamente, como dejamos dicho, abundan las Asociaciones en las que pueden ingresar los fieles devotos de la Adoración, en la seguridad de que a través de cualquiera de ellas conseguirán profundizar en una espiritualidad auténticamente eucarística.

Si todavía no te has decidido, decídete cuanto antes.

Tienes donde elegir, a la medida de tus posibilidades y en consonancia con tus personales aspiraciones.

Y si te apuntas —o te has apuntado ya— procura cumplir siempre los compromisos que voluntariamente y gustosamente has adquirido.

No olvides lo que decía Santa Teresa con su gracejo habitual: Dios es buen pagador.

La Lámpara del Santuario N. 3, 3ª época. Tomado del boletín ANE MAdrid de septiembre 2014.


¿Por qué soy de la Adoración Nocturna?

Siempre me había parecido que se trataba de un grupo de personas de cierta amistad social que se reunían una vez al mes para rezar de una forma un tanto extraña.

En varias ocasiones me invitaron algunos amigos a participar en una de sus reuniones; pero siempre les di una disculpa para no comprometerme en algo que me resultaba un tanto intrigante...

Un día llegó Valentín, desde el cielo me estará leyendo, caminaba apoyado en su cachaba hacia la catedral, serían las 10 de la noche. Yo regresaba de un paseo y me invitó a que le acompañara a rezar en la Catedral; por la sencillez de sus argumentos cargados de fe, en los que no cabía sospecha alguna de segundas intenciones, me supo mal decepcionarle y le acompañé.

Las oraciones se alargaban más de lo que había imaginado y me vi obligado a llamar a casa para que no se alarmasen por mi retraso.

Aquella fue mi primera adoración. Salí un tanto desconcertado; los días siguientes fueron de meditación sobre mi vivencia en el grupo. Al mes siguiente acudí puntualmente al turno. Corría el año 1987. Y desde entonces me casé para siempre con el Sacramento de la noche.

No pretendo convencer a nadie para que sea adorador porque mis cualidades no son las de seducción, ni se expresarme con la sencillez y la fe de Valentín. Simplemente os expongo de la mejor manera posible los motivos por los que me hice adorador.

Hay otra circunstancia que no he mencionado; el turno al que me incorporé se celebraba en sábado. Ya entonces, las noches de ese día, grupos de jóvenes se reunían en ciertos lugares de la ciudad a divertirse con la droga y el alcohol formando orgías sin medida. Me sentí comprometido a estar ante el Señor mientras nuestros jóvenes se dejaban seducir ingenuamente por una libertad destructora de los valores más esenciales de la sociedad recibidos en los Evangelios.

La ADORACIÓN NOCTURNA:

Me ha enseñado a respetar al prójimo sin reparos, sin exclusiones, a querer a todos, buenos y malos, sencillos y soberbios, ricos y pobres, gratos y repulsivos, amigos y enemigos de mi religión.

Me ha dado la alegría de vivir con la ilusión de ser útil a los demás.

El valor para superar la carencia de una buena salud y la voluntad de vivir con ilusión, confiándome en la ayuda del Señor y de esa Virgen del Carmen, que he nombrado patrona de mi vida desde siempre y que hace 51 años me casó con Mica.

No es fácil aceptar siempre "hágase tu voluntad y no la mía".

El consuelo y la confianza de orar en el silencio de la noche por los míos: hijos, nietos, familiares, amigos y conocidos. Superar el miedo al futuro de nuestros jóvenes y el mío propio, confiando en la promesa de su amparo.

Me ha quitado el miedo a Dios, nos ha hecho amigos, a pesar de que sigo considerándome un pecador, Él me conoce y sabe mejor que yo cuales son mis defectos y de mi incapacidad para ser mejor.

El orar en compañía de amigos que lo hacen con la misma aspiración de mejorar su fe, conforta mi oración, me ayuda y fortalece.

La compañía de un sacerdote en cada turno para dirigir los actos sacramentales y escuchar sus orientaciones sobre los acontecimientos sociales que estamos viviendo, relacionados con la religión, sirve de motivo para orientación de nuestra conciencia; le doy gracias a Dios por el esfuerzo que realizan sabiéndoles cargados de trabajo.

Internet es otro eslabón positivo disponible en todo tiempo para estar al día sobre las cuestiones especificas de la ANE y de la religión en general. La información que facilita es muy amplia y está elaborada por adoradores que trabajan desinteresadamente para mantenernos informados.

Os diría todo lo que siento por se adorador pero confieso me incapacidad para escribirlo, lo releo y me sonrojo por mi cortedad.

ADF turno 12


Leer también: Por qué no hacerse adorador nocturno?

Enlaces relacionados